Hoy día, las tasas de extinción son tales que sólo nos queda una pequeña oportunidad antes de que muchas especies importantes se pierdan para siempre. Mucho se ha escrito sobre esta crisis inminente, pero ahora es posible señalar los mayores escenarios de extinción con alto grado de precisión. Estos son “zonas de biodiversidad críticas”, las zonas que contienen el número más grande de especies endémicas y que ya han perdido más del 70% de su estructura ecosistémica original.

El 70 por ciento de los arrecifes coralinos del planeta han sido destruidos o se encuentran amenazados y cerca del 20 por ciento de los arrecifes están tan dañados que ya no pueden ser recuperados, según concluyó una evaluación global del estado de los arrecifes de coral presentada por WWF.

Los arrecifes afectados ya no producen peces de interés para la pesca ni constituyen un atractivo para el turismo. El porcentaje de arrecifes en recuperación por daños anteriores se ha elevado pero, a la vez, la mitad de los arrecifes del mundo se encuentran bajo amenaza, según informes del mismo estudio.

El cambio climático, la contaminación por escorrentía y los métodos de pesca destructivos constituyen las principales amenazas a los arrecifes. El estudio, denominado El Estado de los Arrecifes Coralinos del Mundo involucró a 240 científicos de 96 países integrados en la Red Global de Monitoreo de Arrecifes Coralinos.

Más de la mitad de los arrecifes de coral del mundo desaparecen velozmente a causa de la explotación y del cambio climático, advirtió la Unión Mundial para Naturaleza (IUCN) durante el congreso que celebra en Bangkok.

En un comunicado, los expertos de la IUCN precisaron que el deterioro que registran el 58 por ciento de los arrecifes coralinos pone en riesgo el sustento de millones de personas, particularmente en el Caribe y en el Sudeste Asiático.

"Sólo en Asia, los arrecifes proveen alimentos marinos para mil millones de seres humanos y las actividades que llevan a cabo en estos, principalmente la pesca y el turismo, son el medio de vida de millones de personas", UICN.

Según el último informe, muchas de las barreras coralinas de la región del Caribe se han visto seducidas en un 80 por ciento en apenas tres décadas, mientras que en el Sudeste Asiático la mitad están destruidas.

El desarrollo costero de la costa de Colombia ha eliminado los manglares, mientras que la pesca submarina, la sobre pesca y la sedimentación provocada por las explotaciones agrícolas amenazan a los ecosistemas de arrecife. De manera natural, los arrecifes son modificados por la acción de corrientes, huracanes y tormentas. Sin embargo, el uso indiscriminado de sus recursos, la pesca con dinamita, la pesca de arrastre, el remolque de anclas, la recolección de corales para el comercio, los dragados en zonas cercanas o en el mismo arrecife, los derrames de petróleo, la contaminación orgánica ocasionada por el tratamiento incorrecto de las aguas servidas y las labores de construcción y deforestación en las costas cercanas, producen sedimentos que enturbian las aguas en los arrecifes y en algunos casos matan los pólipos de los corales. A esta labor de destrucción se suman las consecuencias del buceo irresponsable realizado sin guía cuando se aletea muy cerca del fondo o se manipulan continuamente los corales. Así mismo, la práctica de deportes náuticos, como el esquí acuático y las motos marinas, son una amenaza por las altas velocidades que generan.

Se estima que de 5 a 10 por ciento de los arrecifes del Caribe han desaparecido como consecuencia de la acción humana. El mayor grado de deterioro de los arrecifes a nivel mundial se registró en la década de los 80. Un coral afectado puede tomarse más de 25 años en recuperarse y eso en caso de que lo logre.

Nuestro futuro depende del respeto que tengamos por la biodiversidad que conforman los ecosistemas.